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7.15. Algunas recomendaciones a la hora de plantear partidos


En primer lugar, conoce a tu equipo: con algo de experiencia y utilizando programas asistentes puedes evaluar las calificaciones que vas a obtener en función de la formación que emplees, los jugadores que alinees y las órdenes individuales que les des. Es importante que también tengas claro todo lo referente a los partidos, como las tácticas, por ejemplo, para que no tomes decisiones que afecten negativamente al planteamiento.

En segundo lugar, estudia al rival: cómo juega, qué formaciones utiliza, qué tácticas suele emplear y qué calificaciones obtiene. Es la mejor forma de encarar un partido, y evaluar las diferentes alternativas que puedes tener para ganar el duelo. Para ello consulta sus últimos partidos, no sólo el último. Piensa, por ejemplo, que obtendréis diferentes calificaciones de mediocampo si jugáis en casa o fuera: cuidado con esos detalles. Incluso hay equipos que juegan de forma diferente en casa que fuera. También es buena idea mirar si tiene bajas (sancionados, lesionados, titulares en baja forma) o altas (refuerzos de última hora). Cuanta más información tengas a la hora de diseñar la estrategia, mejor.

Habrá partidos en los que no puedas frenar todos los ataques del rival con garantías. Tal vez sea buena idea reforzar la defensa en la zona donde los ataques rivales sean asequibles, y confiar en el que el reparto de las zonas de las ocasiones rivales te sea benévolo. Del mismo modo, muchas veces dos ataques decentes son mejor que tres ataques bajos: elige la formación y órdenes individuales que permitan a tus jugadores obtener las calificaciones deseadas. Y nunca olvides el mediocampo.

Muchos programas asistentes proporcionan la posición/orden individual en la que cada jugador rinde más. Es una información útil, pero no siempre debes guiarte por ella: sitúa a los jugadores donde necesites que aporten, no donde rindan más. Es mejor un jugador que potencia las calificaciones que consideras importantes, que otro que “rinde mucho” pero aportando a unas calificaciones que no son tan vitales en un determinado partido.

No olvides enviar las alineaciones para todos los partidos, revisando las sustituciones. Tampoco olvides concertar amistoso todas las semanas: el entrenamiento es sagrado. También es buena idea dedicar unos segundos a establecer el orden de tiradores en la pestaña de la interfaz de alineación: así te evitas que ante una lesión/expulsión se designe un lanzador al azar.